Este año he tenido la suerte de poder pasar del invierno al verano en menos de 24h y me he dado cuenta de que hay placeres de los que nos olvidamos completamente cuando cambiamos de estación. Me estoy refiriendo a los helados. ¿Por qué pensamos únicamente en tomar helado durante el verano? ¿Por qué encasillar los helados con el calor? ¿Por qué no rompemos con los tópicos y nos tomamos un helado en enero?
Aunque os parezca raro, son muchas las casas heladeras que ya están optando por desestacionalizar los helados y están sacando nuevos sabores muy apetecibles durante esta época. ¡Existen colecciones de otoño-invierno para helados! Helado de turrón, de avellana, con dulce de leche, de café, canela, sirope o chocolate negro. ¡No me digáis que no os apetece!
Si no os atrevéis con una dosis de helado clásico, siempre podéis pedir un "helado caliente": consiste en combinar un helado de nata tradicional con ingredientes como vainilla, cacao o frutos rojos. El resultado es un helado más suave y cremoso que da la sensación de estar comiendo algo caliente. Y sino, siempre podéis acompañarlo con una crepe recién hecha o haceros un mini bocadillo de helado.
Así que hoy, en pleno mes de enero, os dejo con una dosis de helados para ver si os animáis:
Imágenes vistas aquí |
¿Te apuntas a tomar un helado con bufanda y guantes? Yo sí (ellos se lo pierden).
From BCN,
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